
CIRUGÍA ENDOCRINAS
La cirugía endocrina es el área de la cirugía que se encarga del tratamiento quirúrgico de las enfermedades que afectan a la glándula tiroides, paratiroides y la glándula suprarrenal.

CIRUGÍA
ENDOCRINAS
La cirugía endocrina es el área de la cirugía que se encarga del tratamiento quirúrgico de las enfermedades que afectan a la glándula tiroides, paratiroides y la glándula suprarrenal.
TIROIDES
Está formada por dos lóbulos, derecho e izquierdo, unidos por una porción central llamada istmo.
Adheridas al tiroides se sitúan cuatro pequeñas glándulas (dos en cada lóbulo) llamadas paratiroides, que son fundamentales en el metabolismo del calcio.
El tiroides utiliza el yodo para elaborar determinadas hormonas que intervienen en el desarrollo y el metabolismo de nuestro cuerpo, controlan la frecuencia cardiaca, la temperatura corporal, los niveles de colesterol, glucógeno y glucosa y vitamina A, además son fundamentales para la memoria, influyen en el peso corporal y el nivel energético. Cuando hay un exceso de producción de hormonas tiroideas el organismo va «acelerado», cuando hay un déficit el organismo va «bajo de revoluciones».
Nuestro organismo es incapaz de producir yodo. El yodo se encuentra en la naturaleza, en el agua del mar, algas marinas, peces y algunos alimentos vegetales. La cantidad de yodo necesaria para el organismo es de 80 a 200 microgramos diarios y es la que normalmente se ingiere en la dieta. En las regiones costeras y en las zonas con una alimentación variada la cantidad de yodo en la alimentación supera las necesidades medias. Pero hay algunas zonas montañosas y del interior en la que la cantidad de yodo es baja y en estas condiciones puede haber problemas para la síntesis de las hormonas tiroideas; para evitar problemas lo más fácil es utilizar sistemáticamente en casa sal yodada.
La glándula tiroidea tiene dos tipos principales de células, de cada una de ellas puede derivarse un tipo de cáncer:
- Las células foliculares, que son las que producen las hormonas tiroideas (T3 y T4), además de una proteína característica denominada tiroglobulina.
- Las células C que producen la calcitonina, que se desconoce su función en personas sin enfermedad tiroidea.
Cuando las células tumorales, con capacidad de invadir los tejidos sanos de alrededor y de alcanzar órganos alejados e implantarse en ellos, están ubicadas en el tiroides, hablamos de cáncer de tiroides.
En el tiroides pueden aparecer bultos o nódulos, que pueden corresponder a tumores benignos (o no cancerosos) o malignos (cancerosos). La mayoría de los tumores del tiroides son tumores benignos.
El 95 % de los tumores tiroideos son benignos.
Los tumores benignos se suelen originar de las células foliculares tiroideas, y formar nódulos únicos, o bien múltiples, denominándose entonces bocio multinodular. Por lo general, estos tumores son quistes, es decir contienen líquido, aunque en ocasiones son más sólidos como por ejemplo los nódulos hiperplásicos.
Algunos factores pueden aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de tiroides:
- Radiación: las personas que han estado expuestas a radiaciones, por ejemplo radioterapia sobre el cuello en la infancia o accidentes nucleares, tienen un riesgo del 5% de desarrollar cáncer de tiroides a partir de los 3 a 5 años tras la exposición y ese riesgo se incrementa durante las siguientes 3 décadas.
- La exposición a los rayos X secundarios a pruebas diagnósticas como mamografía y radiografías no incrementan el riesgo de desarrollar cáncer de tiroides.
- Factores genéticos: aunque poco frecuente (menos de un 3% de los carcinomas papilares) puede existir un componente hereditario generalmente asociado a síndromes raros como el síndrome de Gardner (poliposis adenomatosa familiar) en la enfermedad de Coweden (harmatomas múltiples) en el síndrome de Peutz-Jeghres y en la ataxia-telagiectasia. Las personas con antecedentes familiares de carcinoma medular de tiroides (1% de todos los tumores tiroideos), ya sea en su forma aislada o formando parte de los tipos de neoplasia endocrina múltiple tipo 2 (MEN) presentan más riesgo de desarrollar ente cáncer. De hecho, el 20-25% de los carcinomas medulares se transmiten de padres a hijos de manera autosómica dominante. Este grupo de personas está indicado la realización de pruebas genéticas para determinar si presentan las alteraciones genéticas asociadas con este tipo de tumor.
- La dieta baja o alta en yodo se ha relacionado con algunos tipos de cáncer de tiroides, particularmente carcinomas foliculares y papilares.
- Sexo y Edad: los cánceres del tiroides son más frecuentes en mujeres, y en edades comprendidas entre 30 a 50 años.
- Tiroiditis de Hashimoto: presentan un riesgo superior al de la población general para el desarrollo de este tipo de neoplasia.
- Enfermedades benignas: las personas que han tenido bocio (agrandamiento tiroideo) o antecedentes familiares de enfermedad tiroides tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer tiroideo.
- Estrógenos: puede aumentar el riesgo del cáncer de tiroides en mujeres, sobre todo en las más jóvenes.
Sin embargo la mayoría de las personas con cáncer de tiroides no tiene factores de riesgo conocidos.
Hay cuatro tipos principales de cáncer de tiroides:
- Cáncer de tiroides papilar. Es el tipo más común de cáncer de tiroides.
- Cáncer tiroides folicular.
- Cáncer de tiroides medular.
- Cáncer de tiroides anaplásico.
El cáncer de tiroides papilar y folicular también se llama cáncer de tiroides diferenciado. El cáncer de tiroides medular y anaplásico a veces se llama cáncer de tiroides poco diferenciado o cáncer de tiroides indiferenciado.


TIROIDES
Está formada por dos lóbulos, derecho e izquierdo, unidos por una porción central llamada istmo.
Adheridas al tiroides se sitúan cuatro pequeñas glándulas (dos en cada lóbulo) llamadas paratiroides, que son fundamentales en el metabolismo del calcio.
El tiroides utiliza el yodo para elaborar determinadas hormonas que intervienen en el desarrollo y el metabolismo de nuestro cuerpo, controlan la frecuencia cardiaca, la temperatura corporal, los niveles de colesterol, glucógeno y glucosa y vitamina A, además son fundamentales para la memoria, influyen en el peso corporal y el nivel energético. Cuando hay un exceso de producción de hormonas tiroideas el organismo va «acelerado», cuando hay un déficit el organismo va «bajo de revoluciones».
Nuestro organismo es incapaz de producir yodo. El yodo se encuentra en la naturaleza, en el agua del mar, algas marinas, peces y algunos alimentos vegetales. La cantidad de yodo necesaria para el organismo es de 80 a 200 microgramos diarios y es la que normalmente se ingiere en la dieta. En las regiones costeras y en las zonas con una alimentación variada la cantidad de yodo en la alimentación supera las necesidades medias. Pero hay algunas zonas montañosas y del interior en la que la cantidad de yodo es baja y en estas condiciones puede haber problemas para la síntesis de las hormonas tiroideas; para evitar problemas lo más fácil es utilizar sistemáticamente en casa sal yodada.
La glándula tiroidea tiene dos tipos principales de células, de cada una de ellas puede derivarse un tipo de cáncer:
- Las células foliculares, que son las que producen las hormonas tiroideas (T3 y T4), además de una proteína característica denominada tiroglobulina.
- Las células C que producen la calcitonina, que se desconoce su función en personas sin enfermedad tiroidea.
Cuando las células tumorales, con capacidad de invadir los tejidos sanos de alrededor y de alcanzar órganos alejados e implantarse en ellos, están ubicadas en el tiroides, hablamos de cáncer de tiroides.
En el tiroides pueden aparecer bultos o nódulos, que pueden corresponder a tumores benignos (o no cancerosos) o malignos (cancerosos). La mayoría de los tumores del tiroides son tumores benignos.
El 95 % de los tumores tiroideos son benignos.
Los tumores benignos se suelen originar de las células foliculares tiroideas, y formar nódulos únicos, o bien múltiples, denominándose entonces bocio multinodular. Por lo general, estos tumores son quistes, es decir contienen líquido, aunque en ocasiones son más sólidos como por ejemplo los nódulos hiperplásicos.
Algunos factores pueden aumentar el riesgo de desarrollar cáncer de tiroides:
- Radiación: las personas que han estado expuestas a radiaciones, por ejemplo radioterapia sobre el cuello en la infancia o accidentes nucleares, tienen un riesgo del 5% de desarrollar cáncer de tiroides a partir de los 3 a 5 años tras la exposición y ese riesgo se incrementa durante las siguientes 3 décadas.
- La exposición a los rayos X secundarios a pruebas diagnósticas como mamografía y radiografías no incrementan el riesgo de desarrollar cáncer de tiroides.
- Factores genéticos: aunque poco frecuente (menos de un 3% de los carcinomas papilares) puede existir un componente hereditario generalmente asociado a síndromes raros como el síndrome de Gardner (poliposis adenomatosa familiar) en la enfermedad de Coweden (harmatomas múltiples) en el síndrome de Peutz-Jeghres y en la ataxia-telagiectasia. Las personas con antecedentes familiares de carcinoma medular de tiroides (1% de todos los tumores tiroideos), ya sea en su forma aislada o formando parte de los tipos de neoplasia endocrina múltiple tipo 2 (MEN) presentan más riesgo de desarrollar ente cáncer. De hecho, el 20-25% de los carcinomas medulares se transmiten de padres a hijos de manera autosómica dominante. Este grupo de personas está indicado la realización de pruebas genéticas para determinar si presentan las alteraciones genéticas asociadas con este tipo de tumor.
- La dieta baja o alta en yodo se ha relacionado con algunos tipos de cáncer de tiroides, particularmente carcinomas foliculares y papilares.
- Sexo y Edad: los cánceres del tiroides son más frecuentes en mujeres, y en edades comprendidas entre 30 a 50 años.
- Tiroiditis de Hashimoto: presentan un riesgo superior al de la población general para el desarrollo de este tipo de neoplasia.
- Enfermedades benignas: las personas que han tenido bocio (agrandamiento tiroideo) o antecedentes familiares de enfermedad tiroides tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer tiroideo.
- Estrógenos: puede aumentar el riesgo del cáncer de tiroides en mujeres, sobre todo en las más jóvenes.
Sin embargo la mayoría de las personas con cáncer de tiroides no tiene factores de riesgo conocidos.
Hay cuatro tipos principales de cáncer de tiroides:
- Cáncer de tiroides papilar. Es el tipo más común de cáncer de tiroides.
- Cáncer tiroides folicular.
- Cáncer de tiroides medular.
- Cáncer de tiroides anaplásico.
El cáncer de tiroides papilar y folicular también se llama cáncer de tiroides diferenciado. El cáncer de tiroides medular y anaplásico a veces se llama cáncer de tiroides poco diferenciado o cáncer de tiroides indiferenciado.
Crecimiento anormal del tejido tiroideo en forma de “bulto”.
Se trata de un problema muy frecuente que afecta hasta un 65% de la población. La gran mayoría de los nódulos son benignos y sólo un 4-6% esconden un cáncer.
Se localizan mediante ecografía.
El término “bocio” simplemente se refiere a un agrandamiento anormal de la glándula tiroides. Es importante saber que la presencia de un bocio no necesariamente indica que la glándula tiroides está funcionando mal. El bocio puede ocurrir en una glándula que está produciendo demasiada hormona (hipertiroidismo), muy poca hormona (hipotiroidismo) o la cantidad correcta (eutiroidismo). El bocio indica que hay una condición que está causando un crecimiento anormal de la tiroides.
Una de las causas más comunes de la formación de bocio a nivel mundial es la deficiencia de yodo. Aunque esta era una causa muy frecuente de bocio en los Estados Unidos hasta hace unos años, ya no se observa tan frecuentemente. La actividad primaria de la glándula tiroides es concentrar el yodo de la sangre para producir las hormonas tiroideas. La glándula no puede producir hormona tiroidea si no tiene suficiente yodo. Por lo tanto, la deficiencia de yodo en un individuo puede llevar a hipotiroidismo. Como consecuencia, la glándula pituitaria en el cerebro detecta que los niveles de hormona tiroidea están bajos y envía una señal a la tiroides. Esta señal se llama hormona estimulante de la tiroides (TSH). Como su nombre lo indica, esta hormona estimula la tiroides para producir hormona tiroidea y crecer en tamaño. Este aumento anormal en el crecimiento produce lo que se conoce como “bocio”. Así, la deficiencia de yodo es una causa de bocio. El bocio es frecuente en aquellos lugares donde la deficiencia de yodo es común. La deficiencia de yodo sigue siendo la causa más frecuente de bocio en muchas partes del mundo.
La tiroiditis de Hashimoto es una causa más común de bocio en Estados Unidos. Esta es una enfermedad autoinmune en la cual hay una destrucción de la glándula por el propio sistema inmunológico. A medida que la glándula es afectada va perdiendo la capacidad de producir la cantidad adecuada de hormonas tiroideas, la glándula pituitaria detecta que los niveles de hormonas tiroideas están bajos y secreta más TSH para estimular la glándula tiroides. Esta estimulación trae como resultado que la tiroides crezca, lo que puede producir bocio.
Otra causa común de bocio es la enfermedad de Graves. En este caso, nuestro propio sistema inmune produce una proteína llamada inmunoglobulina estimulante de la tiroides (TSI). Al igual que la TSH, la TSI estimula a la glándula tiroides a crecer, produciendo bocio. Sin embargo, la TSI también estimula a la tiroides a producir exceso de hormona tiroidea y causa hipertiroidismo. Como la glándula pituitaria detecta que hay mucha hormona tiroidea, suspende la producción de TSH. A pesar de esto, la glándula tiroides continúa creciendo y produciendo hormona tiroidea. Por lo tanto, la enfermedad de Graves produce bocio e hipertiroidismo .
El bocio multinodular es otra causa común de bocio. Individuos con este problema tienen uno o varios nódulos dentro de la glándula lo cual resulta en una tiroides agrandada. Muchas veces esto se detecta como una sensación nodular cuando se palpa la glándula tiroides en el examen físico. Los pacientes pueden presentarse con un nódulo grande único o con muchos nódulos pequeños en la glándula . De tal manera que en etapas tempranas del bocio multinodular, cuando hay muchos nódulos pequeños el tamaño de la glándula puede aún no estar aumentado. A diferencia de otros bocios que hemos discutido, no se entiende por completo la causa de este tipo de bocio.
Además de las causas comunes de bocio mencionadas anteriormente, hay otras causas menos comunes. Algunas de ellas son debidas a defectos genéticos, otras a lesiones e infecciones de la glándula tiroides o secundarias a tumores (cancerígenos y benignos).
Como mencionamos anteriormente, el diagnóstico de bocio usualmente se hace en el momento del examen físico cuando se encuentra una glándula tiroides aumentada de tamaño. Como la presencia de un bocio indica que hay una anormalidad de la glándula tiroides, es importante determinar la causa. Como un primer paso, probablemente se le realizarán pruebas de función tiroidea para determinar si su tiroides está funcionando mucho o poco . Cualquier otra prueba que se realice dependerá de los resultados de las pruebas de función tiroidea iniciales.
Si la tiroides está agrandada de forma difusa y usted está hipertiroideo su doctor lo más seguro realizará pruebas para diagnosticar enfermedad de Graves. Si usted está hipotiroideo puede tener tiroiditis de Hashimoto y requerir pruebas de sangre adicionales para confirmar este diagnóstico. Otros exámenes que ayudan a diagnosticar la causa del bocio pueden incluir gammagrama con yodo radioactivo, un ultrasonido de tiroides o una punción con aguja fina.
Si la causa del bocio es deficiencia de yodo en la dieta , el paciente recibirá suplementos orales de yodo. Esto resultará en una reducción en el tamaño del bocio, aunque muchas veces este no se resuelve completamente. Si el bocio es causado por tiroiditis de Hashimoto, y usted está hipotiroideo se le tratará con una píldora diaria de hormona tiroidea. Este tratamiento normalizará sus niveles de hormona tiroidea, pero usualmente no hace que el bocio desaparezca completamente. Aunque el bocio suele reducirse de tamaño, muchas veces hay demasiadas cicatrices en la glándula que no permiten que se reduzca lo suficiente. Sin embargo, el tratamiento con hormona tiroidea usualmente previene que el bocio siga creciendo. Aunque puede ser apropiado en algunas personas, la cirugía usualmente no es un tratamiento de rutina para la tiroiditis.
Si el bocio se debe a hipertiroidismo, el tratamiento dependerá de la causa del hipertiroidismo . En algunos casos de hipertiroidismo el tratamiento puede llevar a la desaparición completa del bocio. Por ejemplo, el tratamiento de la enfermedad de Graves con yodo radioactivo usualmente hace que el bocio desaparezca o disminuya significativamente.
Muchos bocios, como el bocio multinodular están asociados con niveles normales de hormona tiroidea en la sangre. Estos bocios usualmente no requieren ningún tratamiento específico una vez que se ha hecho el diagnóstico adecuado. Si no le se sugiere ningún tratamiento específico, se le puede avisar que usted está en riesgo de desarrollar hipotiroidismo o hipertiroidismo en el futuro. Sin embargo, si hay problemas asociados al tamaño de la glándula tiroides en sí, como por ejemplo la glándula es demasiado grande y ejerce presión sobre la vía aérea, su doctor puede sugerir eliminar el bocio por medio de una cirugía.
Sin importar la causa, es importante seguir un monitoreo regular (anual) cuando ha sido diagnosticado con un bocio.
Es una afección causada por una reacción del sistema inmunitario contra la glándula tiroides. A menudo trae como consecuencia una disminución de la función tiroidea (hipotiroidismo).
El trastorno también se conoce como Enfermedad de Hashimoto.
La glándula tiroides está localizada en el cuello, justo por encima de donde sus huesos de la clavícula se encuentran en el medio.
- Causas
- Sintomas
- Pruebas y exámenes
- Tratamiento y Prevención
- Expectativas (pronóstico)
- ¿Cuándo contactar a un profesional médico?
- Nombres alternativos
La enfermedad de Hashimoto es un trastorno común de la glándula tiroides. Puede ocurrir a cualquier edad, pero se observa con mayor frecuencia en mujeres de mediana edad. Es ocasionada por una reacción del sistema inmunitario contra la glándula tiroides.
La enfermedad comienza lentamente y pueden pasar meses o incluso años para detectarla. La tiroiditis crónica es más común en mujeres y en personas con antecedentes familiares de enfermedad de la tiroides.
En muy pocas ocasiones, la enfermedad puede estar relacionada con otros trastornos endocrinos ocasionados por el sistema inmunitario. Esta enfermedad puede presentarse con insuficiencia suprarrenal y diabetes tipo 1. En estos casos, la afección se denomina síndrome autoinmunitario poliglandular tipo 2 (PGAII, por sus siglas en inglés).
En muy pocas ocasiones (normalmente en niños), la enfermedad de Hashimoto se presenta como parte de una afección llamada síndrome autoinmunitario poliglandular tipo 1 (PGA I), junto con:
- Funcionamiento deficiente de las glándulas suprarrenales
- Infecciones micóticas de la boca y las uñas
- Glándula paratiroides poco activa
Los síntomas de la enfermedad de Hashimoto pueden incluir cualquiera de los siguientes:
- Estreñimiento
- Dificultad para concentrarse o pensar
- Piel seca
- Cuello grueso o presencia de bocio
- Fatiga
- Pérdida de cabello
- Menstruación irregular o abundante
- Intolerancia al frío
- Aumento de peso leve
- Glándula tiroides pequeña o encogida (en las últimas etapas de la enfermedad)
Los exámenes de laboratorio para determinar el funcionamiento de la tiroides abarcan:
- Examen T4 libre (La T4 (tiroxina) es la principal hormona producida por la glándula tiroides. Se puede hacer un examen de laboratorio para medir la cantidad de T4 libre en su sangre.)
- Hormona estimulante de la tiroides en suero (Es un examen que mide la cantidad de la hormona estimulante de la tiroides (TSH, por sus siglas en inglés) en la sangre. Esta hormona es producida por la hipófisis. Provoca que la glándula tiroides produzca y secrete las hormonas tiroideas en la sangre.)
- T3 total (La triyodotironina (T3) es una hormona tiroidea. Juega un papel importante en el control corporal del metabolismo (los muchos procesos que controlas el ritmo de actividad en las células y tejidos)).
- Autoanticuerpos tiroideos (Los microsomas se encuentran dentro de las células de la tiroides. El cuerpo produce anticuerpos para microsomas cuando se ha producido daño en las células de la tiroides. El examen de anticuerpos microsómicos antitiroideos mide estos anticuerpos en la sangre. )
Generalmente no se necesitan estudios de imagen y biopsia con aguja para diagnosticar la tiroiditis de Hashimoto.
Esta enfermedad también puede cambiar los resultados de los siguientes exámenes:
- Conteo sanguíneo (hemograma) completo
- Prolactina en suero
- Sodio en suero
- Colesterol total
El hipotiroidismo sin tratamiento puede cambiar la manera en la que su cuerpo utiliza los medicamentos que pueda estar tomando para tratar otras afecciones, como la epilepsia. Probablemente necesitará realizarse pruebas de sangre regulares para revisar los niveles de medicamento en su organismo.
Si tiene resultados de hipotiroidismo, puede recibir medicamentos de reemplazo para la tiroides.
No hay una forma conocida de prevenir este trastorno. El hecho de ser consciente de los factores de riesgo puede permitir el diagnóstico y tratamiento tempranos.
No todas las personas con tiroiditis o bocio tienen bajos niveles de hormona tiroidea. Usted puede necesitar un seguimiento regular con su proveedor de atención médica.
Posibles complicaciones
Esta afección puede presentarse con otros trastornos autoinmunitarios. En casos poco frecuentes, se puede desarrollar linfoma o cáncer de la tiroides.
Consulte con su proveedor si presenta síntomas de tiroiditis crónica o hipotiroidismo.
Tiroiditis de Hashimoto; Tiroiditis linfocítica crónica; Tiroiditis autoinmunitaria; Tiroiditis autoinmunitaria crónica; Bocio linfadenoide – Hashimoto; Hipotiroidismo – Hashimoto; Síndrome poliglandular autoinmunitario tipo 2 – Hashimoto; PGA II – Hashimoto
PARATIROIDES
La mayoría de las personas tienen cuatro glándulas sobre la glándula tiroides que se encuentra en el cuello, son las paratiroides
Aunque sus nombres son similares, las tiroides y las paratiroides son completamente diferentes. Las glándulas paratiroides producen la hormona paratiroidea (PTH, por sus siglas en inglés), que ayuda al cuerpo a mantener el equilibrio entre el calcio y el fósforo.
Es un tumor no canceroso (benigno) de las glándulas paratiroides. Estas glándulas están situadas en el cuello, cerca de o adheridas al lado posterior de la glándula tiroides.
Las glándulas paratiroides del cuello ayudan a controlar el uso y la eliminación del calcio por parte del cuerpo. Esto lo hacen produciendo hormona paratiroidea o PTH. La PTH ayuda a controlar los niveles de calcio, fósforo y vitamina D dentro de la sangre y es importante para tener huesos saludables.
El adenoma paratiroideo puede deberse a un problema genético. También puede deberse a la radiación en el cuello o por tomar el medicamento litio.
Las mujeres mayores de 60 años tienen el mayor riesgo de presentar esta afección. La radiación en la cabeza o el cuello también aumentan el riesgo.
Muchas personas son asintomáticas. La afección a menudo es descubierta cuando se realizan exámenes de sangre por otra razón médica.
Los adenomas paratiroideos son la causa más común de hiperparatiroidismo (glándulas paratiroides hiperactivas), lo que lleva al aumento de los niveles de calcio en la sangre. Los síntomas pueden incluir cualquiera de los siguientes:
- Confusión
- Estreñimiento
- Falta de energía (letargo)
- Dolor muscular
- Náuseas o disminución del apetito
- Micción más frecuente durante la noche
- Huesos frágiles o fracturas
Se llevan a cabo exámenes de sangre para verificar los niveles de:
- PTH
- Calcio
- Fósforo
- Vitamina D
Es posible que se realice un examen de orina de 24 horas para verificar el incremento del calcio en la orina.
Otros exámenes incluyen:
- Examen de la densidad ósea
- Ecografía o tomografía computarizada de los riñones (puede mostrar cálculos renales)
- Radiografías de los riñones (pueden mostrar cálculos renales)
- Resonancia magnética
- Ecografía del cuello
- Gammagrafía del cuello con sestamibi (puede mostrar inflamación de las glándulas paratiroides)
La cirugía es el tratamiento más común y a menudo cura la afección. Sin embargo, algunas personas optan por sólo hacerse chequeos regulares con su proveedor de atención médica si la afección es leve.
Para mejorar la afección, su proveedor puede pedirle que deje de tomar suplementos de calcio y de vitamina D. Las mujeres que ya han llegado a la menopausia pueden preguntar por el tratamiento con estrógeno.
Si recibe tratamiento, el pronóstico generalmente es bueno.
La hormona paratiroidea (PTH, por sus siglas en inglés) y
la vitamina D ayudan a manejar el equilibrio del calcio en el cuerpo.
- La PTH es producida por las glándulas paratiroides, que son 4 glándulas pequeñas localizadas en el cuello detrás de la glándula tiroides.
- La vitamina D se obtiene por la exposición de la piel a la luz solar y por fuentes o suplementos alimenticios.
La causa más común de alto nivel de calcio en sangre es el exceso de PTH liberada por las glándulas paratiroideas. Este exceso ocurre debido a:
- Un agrandamiento de una o más glándulas paratiroideas.
- Un tumor en una de las glándulas. La mayoría de las veces estos tumores son benignos (sin cáncer).
El nivel de calcio en sangre también puede estar alto si su cuerpo está bajo de líquidos y agua.
Otras afecciones también pueden causar hipercalciemia:
- Ciertos tipos de cáncer, como el cáncer de pulmón o de seno, o el cáncer que se ha diseminado a sus órganos.
- Demasiada vitamina D en su sangre (hipervitaminosis D).
- Permanecer inmóvil en la cama por muchos días o semanas (especialmente en niños).
- Exceso de calcio en la dieta, llamado síndrome de leche y alcalinos. Esto por lo general se debe a al menos 2000 miligramos de calcio por día junto con dosis altas de vitamina D.
El trastorno generalmente se diagnostica en una etapa precoz usando pruebas de sangre de rutina. La mayoría de las personas no presenta síntomas.
Los síntomas debido a alto nivel de calcio en sangre pueden variar, dependiendo de la causa y de cuánto tiempo ha estado presente el problema. Pueden incluir:
- Síntomas digestivos, como náusea, vómito, falta de apetito y estreñimiento
- Aumento de la sed y micciones más frecuentes, debido a cambios en los riñones.
- Debilidad muscular o espasmos
- Cambios en cómo funciona el cerebro, tales como sentirse cansado, fatigado o confundido
- Dolor en los huesos y huesos frágiles que se quiebran más fácilmente.
Se necesita un diagnóstico preciso en la hipercalciemia. Las personas con cálculos renales deben hacerse exámenes para evaluarlos en busca de hipercalciemia.
- Calcio sérico
- Hormona paratiroidea en suero
- PTHrP (proteína relacionada con PTH) en suero
- Nivel de vitamina D en suero
- Calcio en la orina
El tratamiento está dirigido a la causa de la hipercalciemia cuando sea posible. Las personas con hiperparatiroidismo primario pueden necesitar cirugía para extirpar la glándula paratiroides anormal. Esto curará la hipercalciemia.
Las personas con hipercalciemia leve pueden vigilar cuidadosamente su afección durante un tiempo sin necesidad de tratamiento.
Las mujeres que están en tratamiento con estrógenos para la menopausia pueden en ocasiones revertir la hipercalcinemia leve.
La hipercalciemia grave que causa síntomas y requiere hospitalización se puede tratar con lo siguiente:
- Líquidos administrados a través de una vena. Este es el tratamiento más importante.
- Calcitonina.
- Diálisis, si está involucrado daño al riñón.
- Diuréticos como furosemida.
- Fármacos que detienen la descomposición y absorción de los huesos por parte del cuerpo (bifosfonatos).
- Glucocorticoides (esteroides).
En Asistencia Quirúrgica utilizamos tecnología avanzada, en particular el LigaSure™ Small Jaw Open Sealer/Divider acoplado con Valleylab™ LS10 Generator.
Todas las intervenciones se realizan en nuestras instalaciones y siempre con monitorización intermitente del nervio recurrente, lo que disminuye de forma importante las posibles lesiones del mismo.